La ida al gimnasio ha seguido dando de que hablar. Y no, no me refiero a que tomos me pregunten si me caí de la cama o me golpeé con algo, porque nadie puede creer que este tratando de hacer algo de ejercicio -aunque eso también ha pasado.
¿Recuerdan el chico del que les conté? ¿Ese del primer día?
Resultó que era de mi misma universidad, en su último año de una carrera muy cercana a la mía, digamos del tipo se-ven-todos-los-días cercana. No lo conocía, claro está, o habría hecho todo esfuerzo por evitarlo (modo antisocial en on todos los días).
Unos días después de lo ocurrido, ví que me agregó a fb y por supuesto lo psicopatié (¿es una palabra real?), porque no puedo evitarlo, al igual que ustedes. No, no lo nieguen, yo lo sé, yo lo sé todo. Ok, continuando... un par de amigos en común y una persona en la sección "sugerencias de amigos" que me llamó la atención.
Con todos mis afanes detectivescos adquiridos gracias a múltiples temporadas de Criminal minds, Bones, Dexter, Sherlock, Law & Order, Lie to me, y etcétera, etcétera, entré en el perfil de la persona.
Y pues sí, tal cuál es, estaba ella -llamémosla Laura- en plena y majestad, con un perfil sin su nombre real, pero con sus fotos, y publicaciones claramente esperables de su persona.
¿Quién es Laura se preguntarán?
Digamos que fue parte de lo que viví en mi última práctica. Llegué yo un día, ilusionada como cualquier estudiante feliz que llega a una práctica y me encuentro con ella que lo primero que me dice es: "Me caíste mal de vista, pero da lo mismo, todas tus compañeras también, así que no tenía muchas esperanzas". Maravilloso.
Imagínense si ese fue el primer día, como fue a la semana, o al mes. Una pista:
no fue agradable.
Así que volviendo al tema, ahí estaba ella, sugerida de amiga desde el perfil de este tipo. Raro, dije yo, pero no tenía ni idea.
Y el tema quedó así, yo me olvidé de todo eso y seguía con mi vida hasta que un día estaba yo en mi turno cuando vienen con un rumor -muy típico de aquí, y qué voy a decir, me encanta.
"¿Y escucharon?,
parece que Laura anda con uno de los internos" -¿Cómo dices que dijiste?- "Sí, con uno alto" dijo otra. Y entre descripción y descripción, me he encontrado con la persona que obviamente todos saben quién era. Así que así son las cosas.
Esa es mi vida. Todos los días. ¿No podía haber un chico normal? Por supuesto que no. Tenía que ser uno que anda a escondidas con alguien que me odia.
Desde ahora en adelante, créname cuando digo que tengo mala suerte, porque sí,
es real.
Marie M.