domingo, 10 de abril de 2016

Amor del bueno



Les tengo una noticia, una gran, increíble, pero supongo que no tan impensada noticia. 

Me he conseguido un gato. Vale, quizá lo encontré por ahí en la calle, pero es casi como si me hubiera esforzado a por ello. 
Llevo tiempo pensando que si quiero tener suficientes gatos para cuando tenga 30, debería empezar ahora, y cuando la vi ahí en la calle, tan solita y preciosa, no pude evitar y llevármela. 


Acepto que quizá si hubiera sido negra habría sido más apropiado, ya saben eso de los malos y los gatos negros, clichés y cosas así. Pero mi gato es gris, porque -aunque no les he contado todavía- me he dedicado este tiempo a ser rebelde, y creo que me va bien. Así que si otra gente puede tener sus gatos negros, el mío será gris. Y preciosa. Y gordita. Y pequeña. 

Tal y como dice el título, he encontrado un amor del bueno, de ese que nadie entiende excepto las mujeres locas que tienen miles de gatos*. Que nadie se atreva a decir que sólo los tienen porque están solas, porque no es así. Quizá esa era la idea en un principio, pero ahora he cambiado de opinión. Cualquiera que vea sus tiernísimos ojitos de gatito podría darse cuenta.

*Les dejo algunas imágenes referenciales a cualquiera que le quede duda de lo que estaba hablando.


PD: No les pondré una foto real de mi gata, ven que es igual de poco fotogénica que yo. Quizá se hereda o algo. 

Marie M. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario